Inversión económica: ¿Qué podemos esperar?

Ante esta pandemia mundial, no queda más que resistir. Todos los agentes afectados se hacen la misma pregunta: ¿Cómo será la situación económica? ¿Qué cabe esperar en el medio plazo?

Las consecuencias son, francamente, imprevisibles; estamos viviendo un capítulo insólito, un “cisne negro”. Todo depende del tiempo que tarde la vuelta a la normalidad en la producción de bienes y servicios, sin embargo, la contracción económica está garantizada. Algunos analistas consideran que viviremos una recesión nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué es un cisne negro?

“Cisne negro” es un concepto económico acuñado por el gestor de fondos de inversión libre (hedge funds) Nassim Nicholas Taleb.

Básicamente se trata de un hecho improbable, imprevisible. Algo extraño que trae consigo unas consecuencias de envergadura. Produce un gran impacto en la economía y los mercados financieros.

Podríamos poner como ejemplo, aunque sea desagradable, un atentado terrorista (como el sucedido el 11-S).

A posteriori, se buscan explicaciones, pero nadie se pone de acuerdo en cuanto al razonamiento lógico para que sucediera un hecho así.

Desde luego, la crisis del coronavirus COVID – 19 puede considerarse un cisne negro (aunque no es fácil determinar qué lo es y qué no lo es). Se trata de una pandemia mundial, un hecho ajeno a la situación económica, sin posibilidad de establecer una previsión y del que se esperan grandes consecuencias.

El impacto es rápido, además, en el corto plazo producirá un daño severo. Las caídas en los activos financieros han sido acusadas, desde los más conservadores (como el oro) hasta los más arriesgados (el mercado de renta variable ha sufrido un declive histórico).

¿Qué cómo puede ser la situación económica en el medio plazo?

Los expertos creen que la crisis del coronavirus es un hecho puntual, aunque de difícil previsión en cuanto a impacto y duración. Todo depende de la eficacia de las estrategias de contención del virus y de apoyo económico que se vayan tomando.

Las consecuencias de esta crisis estarán en función del tiempo que permanezca dañada la actividad económica, es decir, en recuperar la normalidad. Aunque lo cierto es que las perspectivas para la economía mundial ya han sufrido un fuerte deterioro.

Una vez producida la pandemia y a la espera de que se le encuentre un remedio, la economía mundial se encuentra en una fase de hibernación. El precio del petróleo, buen indicador de la actividad económica, comenzó a caer en enero de 2020, cuando comenzó la paralización de China (país de origen del coronavirus).

BZXXXX Semanal

Gráfico de cotización en velas semanales del futuro financiero sobre el petróleo Brent

(Fuente: ProRealTime)

Analistas de Morgan Stanley afirman que el petróleo Brent tiene un potencial de caída hasta los 15 dólares por barril. En caso de cumplirse esta previsión, nos mostraría la debilidad de la demanda y la profundidad de la crisis económica provocada por el coronavirus.

Es evidente que la pronta recuperación girará en torno a que todos los gobiernos, bancos centrales y agentes supranacionales (como el Fondo Monetario Internacional) se dispongan a poner sobre la mesa todas las herramientas necesarias. Sin embargo, la prioridad está ahora en salvar vidas, las medidas de contención y lucha contra el virus resultarán decisivas (esta es la verdadera clave para controlar su impacto económico).

Asimismo, teniendo presente que la recesión se producirá en el corto plazo, podemos esperar dos escenarios:

  • Las peores predicciones se hacen realidad. La crisis es más larga y profunda y se mantiene para el medio plazo.
  • La crisis se supera en el corto plazo y comienza una pronta recuperación, impulsada por todos los agentes económicos. En el medio plazo la actividad quizá no llegue a tener los mismos niveles actuales, pero estarán por llegar (si no se dan otras circunstancias extrañas).

Si observamos, las dos situaciones dan por sentado de que la pandemia acabará. Se trata de un agente externo que será superado (recordemos lo dicho anteriormente en cuanto a los cisnes negros). La pregunta es cuándo y con qué consecuencias.

Ahora bien, tampoco se puede afirmar que la recuperación se produzca de un modo rápido. Todos los esfuerzos deben estar centrados en recuperar el nivel de actividad y empleo (algo que no será sencillo, habida cuenta del daño causado). En este caso, los mercados financieros no reaccionarían en forma de “V”.

Por lo que respecta a los ahorradores, son tiempos que requieren paciencia para esperar en una posición defensiva, de eso no hay duda. Sin embargo, en estos momentos también se producen las mejores oportunidades de inversión (riesgo y oportunidad son dos conceptos que van unidos de la mano). No podemos descartar una recuperación más pronta de lo esperado.

¿Qué medidas se deben tomar para proteger nuestros ahorros?

La premisa fundamental en momentos de incertidumbre es no actuar de un modo irreflexivo. Dados los dos escenarios posibles, el ahorrador debe establecer una sólida diversificación (en activos, sectores, estilo de gestión, etc.).

Una buena estrategia debe consistir en reducir el riesgo, pero sin renunciar a la posibilidad de que se produzca una recuperación antes de lo previsto. El ahorrador, ahora más que nunca, necesita la liquidez y flexibilidad que le ofrecen los fondos de inversión.

Una rotación de nuestro capital hacia inversiones más conservadoras, como los fondos de renta fija a corto plazo (productos que son menos sensibles a los declives) no tiene incidencia fiscal. No debemos tributar por ello.

Del mismo modo, mantener una pequeña posición en sectores económicos defensivos (como electricidad o consumo básico) y realizar aportaciones periódicas, con el objetivo de diversificar las compras en momentos temporales distintos (promediando a la baja), puede darnos buenos resultados de cara a cuando la recuperación se produzca.

En este sentido, fondos de inversión como el Fidelity Global Consumer Industries, con una rentabilidad anualizada en los últimos tres años del 4,74% y sin comisión de suscripción (útil cuando se trata de realizar aportaciones recurrentes) representan los cimientos de conseguir aprovechar la recuperación sin exponerse demasiado a posibles nuevas fluctuaciones violentas en los mercados bursátiles.

Cabe la pena resaltar que el Fidelity Global Consumer Industries es un fondo de renta variable del sector consumo, incluye tanto el consumo básico como el consumo cíclico (bienes que no son de necesidad). Sus dos mayores posiciones de cartera se encuentran en Amazon (con un 9,83% del patrimonio) y Nestlé (con un 6,57%).

Ambas empresas, una por representar el cambio social tras la crisis del coronavirus en cuanto a una mayor digitalización y otra por ser claramente defensiva, representan una buena inversión en estos momentos.

Aquellos más arriesgados, pueden optar por sectores tales como la biotecnología. Un fondo de inversión del sector salud les será de interés. De esta forma lograrán una diversificación con compañías de corte más defensivo, como farmacéuticas y otros productos relacionados con el cuidado de la salud (tan necesarios en estos momentos).

Juan Puente - CEO
Juan Puente - CEO
CEO y Cofundador de Fondos.com

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